En muchas organizaciones se confunde función con desempeño. Parecen sinónimos, pero no lo son. Entender la diferencia es clave para valorar a los colaboradores de manera justa y para impulsar el crecimiento de la empresa.
Función: lo que se espera que hagas
La función está descrita en un perfil de puesto. Es el conjunto de tareas y responsabilidades que corresponden a un cargo.
- Ejemplo 1: El área de finanzas tiene la función de elaborar presupuestos y reportes.
- Ejemplo 2: El jefe de logística tiene la función de coordinar entregas y supervisar inventarios.
La función responde a la pregunta: ¿qué debe hacer esta persona en su puesto?
Desempeño: cómo lo haces
El desempeño es el grado en que la persona cumple su función y el impacto que genera en la organización.
- Ejemplo 1: Dos analistas financieros pueden tener la misma función de elaborar reportes, pero uno los entrega puntuales y claros, mientras el otro retrasa al equipo.
- Ejemplo 2: Dos supervisores de logística cumplen la función de coordinar entregas, pero uno resuelve imprevistos con creatividad y mantiene motivado al equipo, mientras el otro solo “cumple con lo básico”.
El desempeño responde a la pregunta: ¿qué tan bien está haciendo su trabajo y qué aporta al resultado global?
Por qué es importante distinguirlos
Si solo se evalúan las funciones, basta con “cumplir la lista de tareas”. Pero si se mide el desempeño, se pueden reconocer y desarrollar las diferencias que hacen crecer a la empresa: calidad, actitud, innovación, impacto en el equipo.
En nuestra experiencia, muchas empresas que mezclan ambos conceptos terminan con dos riesgos:
- Premiar la presencia, no el aporte.
- No identificar talento de alto desempeño que merece crecer.
¿Cómo hacerlo en la práctica?
La herramienta que más ayuda en este punto es la Evaluación de Competencias. Con ella se puede:
- Distinguir entre el cumplimiento básico de la función y el valor agregado que aporta cada colaborador.
- Identificar habilidades blandas y técnicas que marcan la diferencia en el desempeño.
- Definir planes de desarrollo personalizados.
La función describe el puesto; el desempeño refleja a la persona. Una empresa que logra distinguir ambos conceptos puede reconocer talento, motivar mejor y construir equipos con verdadero impacto.
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