Los videos virales de directivos en conciertos o eventos sociales muestran algo que suele ser bien recibido: líderes cercanos, humanos, que se permiten disfrutar como cualquier persona. Sin embargo, también traen consigo una pregunta importante: ¿hasta dónde es positivo mostrar esa faceta y cuándo puede volverse un riesgo?
El lado positivo: cercanía y conexión
Cuando un CEO o una directora de RH se muestran auténticos, transmiten un mensaje valioso: “los líderes también son personas”. Esto rompe con la rigidez tradicional y fortalece la conexión emocional con los equipos. La gente valora ver a quienes toman decisiones siendo genuinos y disfrutando.
El lado delicado: la línea entre lo personal y lo institucional
El problema surge cuando lo que hace un líder fuera de la empresa se vuelve público y afecta su reputación.
- Un video viral puede ser interpretado como falta de seriedad.
- Puede generar juicios no solo hacia el directivo, sino hacia la empresa misma.
- Incluso puede impactar en la vida personal y familiar del líder.
En estos casos, la imagen del directivo deja de ser individual: arrastra percepciones hacia la organización y hacia quienes están cerca de él.
Liderazgo consciente: lo que sí debemos aprender
En función de nuestra experiencia, el verdadero reto para los líderes no es reprimir su autenticidad, sino ejercer un liderazgo consciente, que equilibre cercanía con responsabilidad.
- Ser genuinos, pero cuidar el impacto de su visibilidad pública.
- Entender que la autoridad también se construye con coherencia.
- Anticipar que todo lo que hacen comunica, dentro y fuera de la empresa.
¿Cómo desarrollar este equilibrio?
El curso Desarrollo de Habilidades Gerenciales trabaja justamente en este punto: cómo un líder puede conectar con su equipo mostrando cercanía, pero al mismo tiempo ser consciente de que cada acción envía señales. El liderazgo no se trata solo de lo que se hace dentro de la oficina, sino de la huella que deja en cada espacio donde se es visible.
El liderazgo auténtico inspira, pero el liderazgo consciente protege. Mostrar humanidad es positivo, siempre que se acompañe de la madurez necesaria para entender las consecuencias de cada acto público.
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